Todavía el radón continúa siendo un término desconocido para muchos. Por eso, este mes vamos a explicar con profundidad qué es este gas y cómo es que entra en los inmuebles con tanta facilidad. Así, el próximo mes ya nos adentraremos en las medidas que se pueden adoptar para evitar todos los efectos perjudiciales que tiene. Porque sí, este gas puede dañar la salud.
El año pasado ya publicamos un artículo en Tripomant sobre Tripomant GR: aislamiento y protección contra el gas radón. Sin embargo, nuestra empresa, junto con RADEX, hemos puesto a disposición de todo el que esté interesado en este artículo una Guía técnica RADEX-TRIPOMANT (descargar en pdf.) en la que se explican varios puntos que mencionaremos en este artículo y el que seguirá.
¿Qué es el radón?
El radón es un gas radioactivo que tiene un origen natural, es decir, el humano no ha intervenido en ningún momento para que este apareciese. Este gas surge debido a la desintegración del Uranio que está presente en la naturaleza. Eso sí, este gas es el responsable del 50% de la radioactividad natural a la que todo ser humano se encuentra expuesto. Un porcentaje que asusta.
Como el radón se encuentra en el suelo, asciende y se introduce tanto en los inmuebles como en los espacios exteriores. En estos no tiene peligro alguno. Se diluye con los gases de la atmósfera sin causar ningún perjuicio. Sin embargo, cuando entra en los inmuebles la situación se vuelve más delicada. El motivo es que el gas empieza a acumularse hasta alcanzar concentraciones muy altas. Es entonces cuando nuestra propia salud puede encontrarse en peligro.
En febrero de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explicó que el cáncer de pulmón es una de las principales consecuencias que tiene la exposición al gas radón. Aunque esto solo ocurre ante concentraciones de radón muy altas, como puede ser posible dentro de los inmuebles. Según la OMS, “el riesgo de este cáncer aumenta en un 16% con cada incremento de 100 Bq/m3”.
¿Cómo entra en los inmuebles el radón?
Como bien explicamos en la Guía técnica RADEX, este gas penetra en los inmuebles “por la diferencia de presiones entre los poros del terreno y el espacio cerrado de la edificación”. Atraviesa forjados, soleras, muros… todo lo que se encuentre y las grietas facilitan su introducción en los inmuebles. Si la ventilación no es la adecuada, el gas puede quedar retenido en las casas provocando que su concentración vaya en aumento. Así aumentan las consecuencias para la salud.
El Consejo de Seguridad Nuclear indica que hay 3 niveles que marcan la exposición al gas radón. Cada uno de ellos tiene un riesgo distinto y es importante tenerlo en cuenta. A mayor riesgo, mayor necesidad de tomar medidas para evitar los efectos nocivos del radón.
- Menos de 150 Bq/m3: riesgo bajo o categoría 0.
- Hasta 300 Bq/m3: riesgo medio o categoría 1.
- Más de 300 Bq/m3: riesgo alto o categoría 2.
¿Cómo puede ayudar la Guía técnica RADEX-TRIPOMANT?
La Guía técnica RADEX es un documento orientativo con el que se pretende conocer más lo que implica estar expuesto al gas radón y cuáles son las medidas a adoptar para cumplir con el Código Técnico de la Edificación. Aunque cada inmueble tendrá unas necesidades distintas, algo que recomienda este código es usar sistemas de extracción del aire viciado para permitir la salida del radón.
También, es recomendable realizar mediciones pasivas y continuas para ir controlando los niveles de gas radón y que estos no se conviertan en perjudiciales para la salud. Tripomant puede ayudar mucho en esto, ya que el aislamiento contribuye a que el gas no penetre en los inmuebles y no se acumule en ellos. Por eso, es tan importante invertir en un aislante de calidad.
En el próximo artículo sobre este tema, veremos cuáles son las medidas que propone la Guía técnica RADEX-TRIPOMANT para las medidas de protección que se deben adoptar en las diferentes categorías o riesgos que ya hemos mencionado. Asimismo, abordaremos algunas soluciones concretas. Pues aunque el radón es un gas invisible, que no huele y que no se detecta, es fundamental tenerlo controlado.
Imágenes: Francesco Scatena, Francesco Scatena